FOTÓGRAFO DE PRENSA

Algunas publicaciones en  prensa  y sus  historias

La revista «Canigó» dirigida por Isabel Clara Simó me dió la primera oportunidad . En «Canigó» colaboraban fotógrafos como LLuís Salom, Jaume Mor, Robert, Albert Ramis…

MI PRIMERA PORTADA

Para un joven fotógrafo que en la década de los setenta estaba buscando su espacio en el difícil y competitivo mundo de la prensa, era todo un reconocimiento que le publicaran una foto en  portada.

Una de la primeras portadas que me publicaron fué en EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, con motivo de una huelga de los trabajadores de SEAT. Se  habían concentrado delante de los desaparecidos estudios de TVE en Miramar, produciéndose un gran despliegue de antidisturbios.

Cuando llamé a la redacción del diario, me dijeron que el reportaje les interesaba. Me compraron cuatro fotografías. Al día siguiente me apresuré a comprar el diario y ví mi foto en portada, pero cuando me fijé en el pie de foto, aparecía el nombre de mi amigo Albert Ramis.

Albert en aquella época colaboraba habitualmente con EL PERIODICO y era conocido por sus reportajes de manifestaciones especialmente violentas. Supusimos que la persona que envió a maquetar el nombre de Albert, al observar en la foto policías antidisturbios, automáticamente, se la  adjudicó a él. Pasado mi joven disgusto  y después de las risas de Albert, decidimos ir a celebrarlo y brindamos por mi primera portada. Para mi sorpresa, cuarenta años más tarde, EL PERIODICO publicó el pasado 2017, una foto  que expuse en el marco de la exposición colectiva BORN REIVINDICAT.

 

LA MUERTE DE GUSTAU EL 11 DE SEPTIEMBRE

El 11 de Septiembre de 1978 sería un día rico en notícias. Con ese ánimo, nos emplazamos con  mi amigo Albert Ramis para  cubrir las diversas manifestaciones que  se producirían en Barcelona. Éramos jovencísimos y precoces fotógrafos free lance, en busca de la mejor foto, con la ilusión de que algún diario nos comprase alguna y sobre todo fuera publicada. Ese día, no sabíamos que nos encontraríamos con la muerte. Fuimos a cubrir una manifestación convocada por el PCE(I). Su  intención era manifestarse delante del Palau de la Generalitat para conmemorar la diada. Los antidisturbios sellaron todas las bocacalles que daban acceso a la plaza. La manifestación subió por la calle Ferran. Fueron advertidos por la policía, mediante un megáfono de mano, que se tenían que disolver. Los manifestantes no se movieron y los antidisturbios empezaron ha disparar botes de humo y pelotas de goma. Se produce una desbandada ,el caos. Observamos que algunas personas  recogen del suelo a un manifestante y lo introducen en un portal, mientras las pelotas y botes de humo no cesaban de ser disparados.  Nos dirigimos hacia el interior del portal y al entrar, la visión fue dantesca; un chico muy joven  está tumbado en el suelo, boca abajo,  con la camisa empapada de sangre, parece un herida de bala.  En el portal se encontraban refugiados algunos manifestantes, un individuo se identificó como médico. Empezó a socorrerlo empezó ha hurgar en la herida con la ayuda de otra persona .Solicitaron un bolígrafo tipo Bic, un pañuelo limpio y un sifón, todo ello facilitado por el camarero de un bar que se encontraba justamente delante de la portería. Con el tapón del bolígrafo Bic intentaban llegar a la bala y para eso necesitaban que mediante el sifón y un trapo se fuera limpiando la sangre que fluía a borbotones y que no les dejaba ver en el interior de la herida. Con esa imagen salí de la portería para cubrir lo que acontecía en el exterior , mientras, Alberto fotografiaba lo que ocurría en el interior de la portería. Al cabo de unos quince minutos llegó la ambulancia que recogió al herido y lo trasladó a Peracamps.

Mis fotos fueron compradas por el diario Cataluña Express del Grupo Mundo, Alberto decidió que la foto de Gustau Muñoz, muerto , fuera distribuida por EFE para que tuviera la máxima difusión posible. Decidimos vender  nuestras fotos conjuntamente a la revista Interviú que publicó reportaje con el titulo Tiro al Niño y que firmó el desaparecido Xavier Vinader . Al cabo de unas  dos semanas  Albert Ramis fue detenido de madrugada en su casa, en presencia de su madre y su hermano pequeño. Se le aplicó la ley antiterrorista, permaneciendo en los calabozos de la comisaría de Vía Layetana, durante unos días. Finalmente fue liberado sin cargos. La lucha de su familia, sus amigos y la presión de los medios de comunicación, partidos políticos, entidades profesionales, etc.., consiguieron su liberación. Lo que le hicieron a Albert durante esos días, jamás me lo contó. Yo tuve mejor suerte. Inmediatamente después de que la policía se lo llevase, su hermano pequeño, a instancias de su madre, salió de casa y  vino a avisarme; mi domicilio se encontraba en la misma manzana.

En la calle Ferran, a la altura del nº35 podréis ver una placa que colocó la Unión de Juventudes Comunistas en honor de Gustau Muñoz. Cada 11 de septiembre, se le rinde homenaje en el lugar donde fue asesinado. Jamás se juzgó a nadie por esos hechos.

Lo que vivimos aquel día nunca se borrará de mi mente, pero siempre  seguiré dando vueltas  a lo que sucedió después de salir de aquella manifestación.

Pudimos saltarnos los controles policiales que se habían puesto, entre otras motivos, porque grupos de manifestantes habían asaltado la armería Beriguistain que se encontraba en la esquina de la calle Ferrán con Ramblas . No querían que las armas salieran de la zona perimetrada, aunque también sospechábamos que también buscaban las fotos y a los fotógrafos. Nos dirigimos al laboratorio de Albert que se encontraba en dirección al Palau de la Música. A la altura del Palau de la Música, nos encontramos a unos amigos que venían de la manifestación autorizada. Se iban a cenar. Les explicamos que fueran con cuidado, que veníamos de la zona de las Ramblas y la situación era muy peligrosa. Nos agradecieron la información. Nos despedimos y seguimos por la callejuelas del Casc Antic.  Dos minutos después, escuchamos el tableteo de una ametralladora, amplificado por el eco de las calles. No volvimos atrás, ese día ya habíamos visto bastante violencia. Al día siguiente, pude leer en la prensa que, aparte de la muerte de Gustau Muñoz, una chica había sido herida de bala. Se trataba de Laura González Masip, que iba con el grupo que encontramos delante del Palau. Tiempo después, ellos nos explicaron que cuando nos separamos, se quedaron decidiendo donde iban a cenar. De repente, vieron un grupo de policías nacionales que, en la bocacalle de Vía Layetana con Sant Pere mes baix, los increpaban corriendo hacía ellos. Se asustaron, echando a correr por la calle Sant Pere les Tortes (calle donde estaba la antigua sede del Institut del Teatre). La policía, a pie de bocacalle, empezó a disparar a discreción con sus subfusiles. Me explicaron que salvaron la vida gracias a un camión de la basura que  ocupaba, casi en  su totalidad, el ancho de la calle, dejando un pequeño espacio por donde se pudieron escabullir, pero desgraciadamente una bala impactó en el abdomen de Laura que, por inercia, continuó corriendo hasta que despistaron a la policía. Cuando se dieron cuenta que tenía la camisa empapada de sangre, la trasladaron inmediatamente al hospital.

La explicación oficial de los hechos era que la comisaría de Vía Layetana fue atacada con cócteles mólotov. Cuando los policías de guardia salieron en busca de los atacantes y vieron a lo lejos a un pequeño grupo de personas, fueron a por ellos pensando que habían sido los autores del ataque a la comisaría.

Laura se recuperó y oficialmente la policía se disculpó. Lo único positivo de aquel día es que no hubo que lamentar más muertes.

Pasaron los años y el asesinato de Gustau continuó sin resolverse . Marc Muñoz, hermano de Gustau, intentó durante años que se abriera la causa, pero ningún juez quiso que se investigaran los hechos y el expediente se cerró. Ante el muro que se construyó para que este caso no fuera investigado Marc inició otro camino para solicitar justicia .Lo encontró en la Justicia Argentina .La jueza María Servini había aceptado juzgar a Rodolfo Martín Villa por los crímenes de lesa humanidad que se produjeron durante la transición española y aceptó incluir la muerte de Gustau en lo que popularmente se llama la querella Argentina.

Marc empezó a buscar testimonios y todo tipo de material gráfico, para presentar como prueba en el juicio. Contacto conmigo para ceder mis fotos y mi testimonio de lo acontecido aquel 11 de septiembre. En los diversos encuentros que tuvimos se planteó la posibilidad de realizar un documental .Fue el realizador Jaume Domenec que se interesó por la historia y el que peleó para que el documental, a través de su productora Balandra Films, pudiera ver la luz. EL documental «Gustau la transició al descubert» se estreno en TV3 el 14 de septiembre de 2021.

 

 

 

 

 

 

 

Albert Ramis y yo dimos testimonio a Xavier Vinader de lo que vimos aquella noche del 1978 .Vendimos el reportaje conjuntamente para nuestro asombro utilizaron fotos en blanco que no se corresponden a
la sucedido esa noche, concretamente las primeras fotos de la página 83 los polícias visten de inviern
o.(?¿)

 

JAUME ROURES

En el recorte podemos observar a un personaje  conocido en nuestro país, Jaume Roures.  Militante de la LCR fue detenido junto a Iñaki Ibero, Andreu Solsona y Montserrat Cervera, acusados  de pertenecer a ETA. Finalmente fueron liberados sin cargos y toda la izquierda extraparlamentaria salió a la calle para pedir la dimisión de Barrionuevo , la derogación de la Ley Antiterrorista y denunciar el maltrato a los  detenidos mientras estuvieron en dependencias policiales. 

LOS PADRES DEL ESTATUT DE AUTONOMÍA

Había que ponerse elegante para poder hacer la foto de los padres del Estatut de Autonomía de Catalunya.

Durante el verano de 1983 tuve el encargo de realizar la mayoría de los reportajes que publicó el Brusi Estival, que era el suplemento de verano del Diario de Barcelona .

UN REPORTAJE ACCIDENTADO

 

  Junto con el fotógrafo Jordi Camí emprendimos un viaje en un Dyane 6 hacia Lourdes. El Diario de Barcelona nos había encargado un reportaje sobre la visita que realizaba  Juan Pablo II a Lourdes. A medio camino tuvimos una avería en el coche; esa incidencia nos retrasó mucho . Llegamos justo  acababan de cerrar la oficina de acreditaciones para prensa y a pesar de nuestra insistencia y explicando el percance, no quisieron acreditarnos. Sin acreditaciones no pudimos acceder a los sitios  reservados para la prensa. No nos fue posible  subirnos al camión descubierto que puso la organización a disposición de los medios gráficos y que iba delante del papa móvil cubriendo el recorrido del pontífice. Pero a fín de cuentas nos hicieron un favor, nuestras cámaras fotografiaron a miles de personas que desfilaban por las calles en  busca de la curación. Pudimos fotografiar a  gentes sencillas que buscaban, sobre todo, alivio a sus sufrimientos. Fuimos testigos del gran negocio de la Iglesia Católica y de la inmensa popularidad y estima que despertaba el papa Polaco.